"Teníamos mucho tiempo esperando por un juego así", celebró el manager Marco Davalillo luego de ver a sus dirigidos remontar un score que le fue adverso por cinco carreras. Al final La Guaira ganó 9 por 8, para cortar una racha de cuatro laureles eléctricos e igualar a Caribes de Anzoátegui en el segundo lugar de la tabla.
Los salados vivieron un séptimo inning de ensueño en el que fabricaron las seis rayitas que dieron vuelta al marcador. Sencillos consecutivos de Alex Cabrera, Luis Rodríguez, José "Cafecito" Martínez se juntaron con un boleto a Miguel Rojas para encender a la afición de los escualos, que había estado aplacada al ver al club de sus amores estar abajo por 6-1 en lo que significaría su tercera derrota consecutiva.
Pero fue en ese momento cuando la situación dio un giro de 180 grados. Sencillo de Héctor Sánchez, doble de Gregor Blanco y un hit de César Suárez generó el delirio colectivo de los fanáticos de los Tiburones, que a ritmo de samba y empujados por el anunciador Atilano Hidalgo Peña comenzaron a soñar de nuevo en su primera final en 25 años.
"Los fanáticos no tienen idea de lo mucho que nos ayudan", sonrió Gregor al final de la jornada y tras pegar el batazo que cambió el destino del cotejo. "Ellos se meten en el juego y le meten presión extra al equipo contrario. Juntos somos una gran familia y gracias a eso pudimos remontar ese partido".
Los Tiburones vapulearon a los relevistas de los Navegantes y aprovecharon un par de hit "de piedrita" que aparecieron con batazos idóneos para fabricar un dobleplay. "Siempre he dicho que en el beisbol la suerte es un factor a tomar en cuenta, pero la suerte también se busca", señaló Davalillo, quien también aplaudió el trabajo de su bullpen tras la debacle de Les Walrond, quien toleró cinco carreras limpias en tres innings y un tercio.
"Fernando (Hernández), Sandy Nin, Enrique González y Francisco Rodríguez pudieron mantener a raya al rival mientras la ofensiva reaccionaba", sostuvo el estratega, aunque "el Kid" toleró dos rayitas en el último capítulo y dejó la carrera del empate en la tercera cuando falló Mario Lisson. "Son cosas del beisbol, pero estamos hablando de uno de los mejores cerradores que hay en este deporte", completó.
Así, con un nudo en la garganta y con el corazón acelerado, la afición de los Tiburones celebró la octava victoria de su club en el round robin, la número 22 que consiguen entre la campaña y postemporada viniendo de atrás. "Este equipo está hecho para ganar. Por eso nunca nos rendimos a pesar de estar abajo en la pizarra", concluyó Héctor Sánchez.
Victor David Melo Zurita.
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