"Y no solo ellos... en ese entonces también estaban para defender el cuadro interior Luis Salazar, Norman Carrasco y Gustavo Polidor", recuerda el actual manager de los escualos Marco Davalillo. "Es que este equipo se ha caracterizado a lo largo de sus historia por contar con grandes shortstops, obligando a los estrategas a colocarlos en segunda base, tercera, primera y hasta en los jardines para no dejarlos fuera del lineup", sostuvo.
Davalillo sabe de lo que habla, pues durante este torneo experimenta esta situación en carne propia.
En su roster diario aparecen Miguel Rojas, Ehire Adrianza y Eduardo Escobar, tres campocortos de 22 años que han enseñado madera suficiente para establecerse en Grandes Ligas en el próximo lustro.
El piloto los ha rotado durante las primeras cinco semanas de la ronda regular, hasta el punto que antes del juego de anoche, Adrianza había defendido el shortstop en 13 cotejos, Escobar en siete y Rojas en 13 (contando titularidad o suplencia en los innings finales).
"No hay mala fe entre nosotros", señala Adrianza, el prospecto número uno entre los campocortos de los Gigantes de San Francisco en la pelota norteamericana. "Cada uno de los tres intenta aprovechar las oportunidades que se le brinden para ayudar al equipo a ser campeón. Eso es todo lo que queremos aquí", remata el oriundo de Guarenas, que además de demostrar su excelsa defensiva promediaba con el madero para .387 antes del fin de semana.
Amigos de infancia
Adrianza y Rojas son "panas" desde hace muchos años. "Jugábamos juntos cuando éramos chamos en la selección del Estado Miranda", recuerda Rojas, quien también ha defendido el segundo cojín de los Tiburones en esta temporada.
"Este año en Estados Unidos estuve practicando como camarero y antesalista, así que le hice saber al manager que estoy dispuesto a ayudar en donde haga falta", declara Rojas, quien nació en Los Teques en 1989.
Rojas coincide con los objetivos que se trazó Adrianza para este año. "No tengo metas personales. En este equipo todos estamos en la misma página y buscando la misma meta que es brindarle un campeonato a La Guaira. Es una responsabilidad grande, ya basta de estar perdiendo. Lo que queremos es ganar".
Con la presencia de Escobar y Adrianza, Rojas sabe que no puede fallar a la hora de saltar al terreno de juego.
"Jugar shortstop en este conjunto no es sencillo. Hay mucho talento y entre nosotros existe una competencia sana", señala Rojas, pues además los Tiburones cuentan para el infield con Rainer Olmedo, Renny Osuna y Luis Rodríguez. "Yo, por ejemplo, siento un compromiso conmigo mismo. Para mantenerme en el lineup debo esforzarme a diario".
El grandeliga Escobar también está consciente de la situación. "En Chicago me dijeron que tenía que aprender a jugar bien en segunda base. Gracias a Dios me he adaptado bien, aunque es algo complicado, porque todo es al revés con respecto al shortstop", señaló quien este año tuvo el chance de compartir con Omar Vizquel en los Medias Blancas.
Davalillo ha aprovechado esta situación, alineándolo 11 veces como camarero. "Contar con estos jugadores jóvenes que poseen tanto talento para llegar a ser unas estrellas es un orgullo para mi y para los Tiburones. Por eso es tan difícil dejar a alguno fuera del lineup".
Victor David Melo Zurita.
Davalillo sabe de lo que habla, pues durante este torneo experimenta esta situación en carne propia.
En su roster diario aparecen Miguel Rojas, Ehire Adrianza y Eduardo Escobar, tres campocortos de 22 años que han enseñado madera suficiente para establecerse en Grandes Ligas en el próximo lustro.
El piloto los ha rotado durante las primeras cinco semanas de la ronda regular, hasta el punto que antes del juego de anoche, Adrianza había defendido el shortstop en 13 cotejos, Escobar en siete y Rojas en 13 (contando titularidad o suplencia en los innings finales).
"No hay mala fe entre nosotros", señala Adrianza, el prospecto número uno entre los campocortos de los Gigantes de San Francisco en la pelota norteamericana. "Cada uno de los tres intenta aprovechar las oportunidades que se le brinden para ayudar al equipo a ser campeón. Eso es todo lo que queremos aquí", remata el oriundo de Guarenas, que además de demostrar su excelsa defensiva promediaba con el madero para .387 antes del fin de semana.
Amigos de infancia
Adrianza y Rojas son "panas" desde hace muchos años. "Jugábamos juntos cuando éramos chamos en la selección del Estado Miranda", recuerda Rojas, quien también ha defendido el segundo cojín de los Tiburones en esta temporada.
"Este año en Estados Unidos estuve practicando como camarero y antesalista, así que le hice saber al manager que estoy dispuesto a ayudar en donde haga falta", declara Rojas, quien nació en Los Teques en 1989.
Rojas coincide con los objetivos que se trazó Adrianza para este año. "No tengo metas personales. En este equipo todos estamos en la misma página y buscando la misma meta que es brindarle un campeonato a La Guaira. Es una responsabilidad grande, ya basta de estar perdiendo. Lo que queremos es ganar".
Con la presencia de Escobar y Adrianza, Rojas sabe que no puede fallar a la hora de saltar al terreno de juego.
"Jugar shortstop en este conjunto no es sencillo. Hay mucho talento y entre nosotros existe una competencia sana", señala Rojas, pues además los Tiburones cuentan para el infield con Rainer Olmedo, Renny Osuna y Luis Rodríguez. "Yo, por ejemplo, siento un compromiso conmigo mismo. Para mantenerme en el lineup debo esforzarme a diario".
El grandeliga Escobar también está consciente de la situación. "En Chicago me dijeron que tenía que aprender a jugar bien en segunda base. Gracias a Dios me he adaptado bien, aunque es algo complicado, porque todo es al revés con respecto al shortstop", señaló quien este año tuvo el chance de compartir con Omar Vizquel en los Medias Blancas.
Davalillo ha aprovechado esta situación, alineándolo 11 veces como camarero. "Contar con estos jugadores jóvenes que poseen tanto talento para llegar a ser unas estrellas es un orgullo para mi y para los Tiburones. Por eso es tan difícil dejar a alguno fuera del lineup".
Victor David Melo Zurita.
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