Fuente: Lider en Deportes
¿Fue positiva la temporada 2010-2011 del beisbol profesional venezolano? El presidente de la Liga, José Grasso Vecchio, piensa que sí, aunque tampoco es que se prodiga en alabanzas.
“Fue una buena campaña”, afirma la cabeza del circuito, quien reconoce, no obstante, que la desaceleración de la asistencia, la violencia en los estadios, las severas restricciones a la participación de grandeligas y prospectos y un calendario jaqueado por las lluvias constituyen desafíos que serán discutidos en las jornadas de reflexión que se efectuarán el 30 de marzo. En este trabajo analizaremos los blancos, negros y claroscuros de la edición que se cierra con la final entre Caribes de Anzoátegui y Tigres de Aragua.
Comenzaremos con los elementos rescatables.
Caribes: la mejor noticia
Todos en la Liga temían que en cualquier momento Caribes de Anzoátegui bajara la santamaría y provocara una crisis.
La 2010-2011 disipó esos temores, al menos momentáneamente.
El éxito deportivo de la tribu, que venía de ocupar el sótano, revivió una plaza que caminaba con paso firme hacia la quiebra.
De una media de menos de dos mil fanáticos por partido en la edición 2009-2010, la asistencia al estadio Alfonso “Chico” Carrasquel se disparó a más de cinco mil asistentes por encuentro, cautivados por las sorpresivas victorias del conjunto anzoateguiense.
Su clasificación a la final terminó por consolidar un núcleo fiel de seguidores que hizo bulla por su equipo hasta hacer estallar los tímpanos. Aparejado con las conquistas de Caribes estuvo el fenómeno Alexi Amarista, quien desde su 1,67 metros de estatura se empinó como nuevo ídolo anzoateguiense.
“La clasificación de Caribes a la final es muy importante para la afición oriental y contribuye a recuperar una plaza que se estaba perdiendo”, mencionó Grasso Vecchio. “Quedó demostrado que esta es una Liga de ocho equipos, que no es nada más Caracas y Magallanes.
Transplante de brazos
Del peor pitcheo colectivo en años se pasó a la efectividad global más baja de la Liga en una década: 3.92 fue el PCL total en la ronda eliminatoria de la edición 2010-2011, cuando en la fase regular de la 2009-2010 fue de 5.14.
Cuarenta blanqueos se registraron en este torneo, muchos más que en la contienda anterior. La nota más alta entre los serpentineros la dio el magallanero Anthony Lerew, quien el 21 de noviembre le propinó un no hit no run a los Leones del Caracas, primero en Liprobeisbol desde la 2001-2002. El último escopetero que había tirado un no hitter en solitario aquí fue otro “turco”: Brian Roberts, catorce años atrás.
Generación dorada
En pocas temporadas de la LVBP ha habido tantos novatos rendidores como en la batalla 2010-2011.
Fue todo un dolor de cabeza escoger entre muchachos como Álex Torres (4-1, 1.91 de EFE y 30 ponches en 28 entradas), José Pirela (.333, 471 de slugging y .387 de OBP en 102 turnos), Henderson Álvarez (1.91 de PCL en 42.1 actos), Néstor Molina (4-2, 2.77, apenas 23 hits y 5 boletos en 26 episodios), Brayan Villarreal (5-0, 2.32 en 31 capítulos), José Altuve (.284 de average en 155 turnos).
Las promesas emergentes siguieron dando qué hacer en postemporada y es así como César Ciurcina ha tenido un papel protagónico en la final. Cardenales de Lara remozó sus filas y entre sus jugadores hubo más de diez debutantes que deben sembrar el futuro. Énder Inciarte tuvo que asumir roles de primera importancia con el Zulia y no desentonó en el playoff.
Paridad
La temporada 2009-2010 se jugó bajo un esquema de bipolaridad, con Caracas y Magallanes como hegemones. En la 2010-2011 afloró una liga multipolar, en la que clasificaron equipos modestos como Caribes. Hubo una notable equidad de fuerzas, como se puede constatar en la tabla de posiciones. Entre el primero y el quinto lugar hubo tres partidos de diferencia, y no hubo eliminados sino hasta la antepenúltima jornada de la instancia inicial.
Pluralismo audiovisual
Grasso Vecchio informó que en esta temporada hubo más emisoras de televisión transmitiendo la pelota venezolana que en cualquier otro campeonato en el pasado. Todos los días había una transmisión. “Eso es algo muy positivo, más allá de las críticas que se han oído porque las televisoras buscan el juego de mayor rating”, destacó el presidente de la Liga.
El fenómeno Kroeger
Josh Kroeger fue el pelotero del año en la LVBP. Lideró los departamentos de bateo, slugging y OBP, tres rubros cuya conducción rara vez recae en las mismas manos.
El toletero de los Leones del Caracas dio palos de todos los calibres, varios de ellos conectados en situaciones cruciales.
Según el cristal con que se mire
El róster de 32 no satisfizo a todos, pero sí a la mayoría de los equipos. Por tal motivo, esta reglamentación, que establece planteles fijos para cada semana, trascenderá a la campaña 2010-2001.
“Lo más probable es que se amplíe a 35”, indicó Grasso Vecchio. Sus defensores aseguran que le da orden y equilibrio a la Liga. Sus detractores lo consideran una camisa de fuerza.
Magallanes: la decepción
Pocos equipos generaron tanta expectativa como los Navegantes del Magallanes. Y no hubo un club que defraudara más a su feligresía. Los turcos, grandes favoritos para obtener la corona por la cantidad de figuras que aglutinaron en su róster, se desplomaron en la segunda mitad de la zafra y pasaron por toda clase de avatares, al punto de que por su puente de mando pasaron cuatro mánagers. Marco Davalillo fue el reverso de la moneda, al acaudillar la recuperación de unos Tiburones que casi hacen un milagro.
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