viernes, 29 de octubre de 2010

Guillermo Rodríguez confía en el despertar de Tiburones

Tiburones comenzó la tercera semana de torneo con el segundo peor average colectivo (.215) de la liga, y dentro del equipo, el único que bateaba por encima de trescientos puntos era el jardinero Wilfredo Romero (.310). Pero después de él, el bateador más consistente del club es el careta Guillermo Rodríguez (.292) quien ha tenido un comienzo aceptable pese a no ver acción en el verano. 

Rodríguez confía en que los bates de sus compañeros empezarán a rendir, porque el último puesto causa preocupación. “Es una temporada joven todavía, esperamos que el pitcheo llegue al punto que necesitamos, y el bateo también. Debe ser ya esta semana porque tampoco podemos esperar a noviembre o diciembre, creo que allí ya es muy tarde”, explica. 

“Con los bates estamos un poco flojos, pero para eso se está trabajando día a día, y ojalá sea mejor para el equipo la producción ofensiva”, agrega. El receptor, de 32 años de edad, espera que las incorporaciones del equipo en estos días le devuelvan el ataque a los escualos. 

“Estamos completos, sólo nos hace falta un tercera base y ya llegó Corey Smith. Viene el debut de (Oscar) Salazar, Luis Rodríguez y Gregor Blanco, esperando además por Máicer Izturis y Alex Cabrera. El equipo está bien, pero vamos a estar mucho mejor”. 

Adaptación distinta 

Rodríguez llegó esta temporada a Venezuela con la intención de recuperar rápido su swing, pues no estuvo con equipo alguno, sino que trabajó como instructor de receptores para ligas menores en San Francisco. 

“Ya venía con la operación del año pasado y no me dio chance de firmar con una organización, a lo mejor si me hubiese quedado en casa pudiese haber firmado más adelante. Unos equipos me llamaron al terminar el spring training, pero ya había tomado ese trabajo y no quise faltarles el respeto, soy un hombre de palabra y lo culminé”, argumenta. 

“Este año estoy jugando con la meta de volver a los Estados Unidos. Fue un trabajo bonito, aprendí bastante de los muchachos jóvenes; no a enseñarles, sino ayudarles en los conceptos que yo ya aprendí. Si tengo que quedarme allí lo haría, aunque mi prioridad es tratar de conseguir un contrato con alguien”, considera. 

Pese a su inactividad, el barquisimetano se puso a tono, con disciplina, para esta temporada del torneo local. “La preparación fue un poco difícil, pues no había práctica. Sin embargo, allá me mantuve corriendo y haciendo pesas, no me ha pegado mucho. Claro, cuando ‘queché’ de nuevo me sentí un poco extraño, necesito quechar mucho otra vez para ayudar a (Edwin) Bellorín detrás del plato. Ya estoy en el punto, y (Carlos) Subero me dijo que seré el segundo receptor del equipo, así que espero mi oportunidad, bien sea en el home, designado, primera base o bateador emergente contra pitchers zurdos”. 

Afición ansiosa 

El comienzo de Tiburones ha despertado intrigas en los fanáticos litoralenses, pero Rodríguez llama a la calma. “Es bastante difícil. El otro día pasó un incidente con (Rainer) Olmedo, la gente le dijo de todo. Uno es humano y nadie quiere llegar a fallar en el home, o a cometer un error. Hay que entender que ellos son fanáticos, pero si no has estado dentro del terreno, para mí no sabes lo que es jugar a la pelota”, suelta. 

“Es duro cuando a uno lo abuchean, pero gracias a Dios uno tiene tiempo en esto y hay que salir adelante, levantar la cara. El público de La Guaira es exigente, aunque la verdad es muy fiel, en mi primera etapa estuve diez años aquí y prácticamente son los mismos, pero también les pido que nos respeten un poco, porque no salimos allí a perder. Además, con una semana positiva todo puede cambiar, así es el beisbol”. 

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