“No lo veo como superarlo para ser mejor que él, lo hago por mí mismo. Él hizo muchas cosas pero en la final no jugó mucho y a mí se me está dando la oportunidad de jugar en una tan joven”, comentó el “Cafecito”. “No está en mi mente eso de pasarlo, de ser mejor y de tener mejores números de él”.
A pesar de todos los años de experiencia, Carlos nunca le habló a su hijo sobre sus hazañas o vivencias sobre el terreno de juego. “Nunca, solo me decía que viera a los peloteros que estaban establecidos, a los triunfadores de Grandes Ligas. El bateo, fildeo, correr las bases”, recuerda el joven patrullero. “Siempre me preguntaba: ‘y en esa jugada qué viste’ y eso me ayudó mucho porque siempre se tiene un ídolo, mi papá primeramente, pero admiré como bob Abreu fildea o como Miguel Cabrera batea”.
José echa de menos a su padre, quien el pasado martes cumplió seis años de fallecido, pero se consuela pensando en él y tomándolo como inspiración para seguir logrando éxitos en su incipiente carrera.
“Siempre va a estar presente en cada juego, y cada vez que lo pase en algo me sentiré orgulloso porquesé que él hizo las cosas con empeño y yo las estoy haciendo con el doble”.
Jonathan Costa Hernández / Manuel Lira.
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