El Universal
Durante el sexto inning Rafael Álvarez se toma un café en el dugout y estudia la situación del juego. "Me enfoco en estar tranquilo, calmado y concentrado", dice. Minutos más tarde toma un bate, se coloca los guantines y comienza a hacer swings en la cueva, atento al llamado que en cualquier momento le puede hacer el manager de los Tiburones de La Guaira, Marco Davalillo.
"Estoy muy pendiente del trabajo que se realiza en el bullpen del otro equipo, para ver si calientan pitchers zurdos o derechos y conocer la opción que tengo de salir a batear. Nadie se acostumbra a ese rol. Es un trabajo difícil", confiesa el toletero zurdo que ha empujado cuatro carreras este año en siete turnos oficiales cuando sale en calidad de emergente.
Álvarez no oculta que quisiera jugar de manera continua. "No es fácil adaptarse a ser emergente. Ya de por sí batear es difícil, imagínate como es cuando se toma un solo turno cada cierto tiempo", analiza.
Pero los guarismos que colecciona el pelotero de 34 años de edad hablan solos. Antes del juego de ayer acumulaba tres hits en siete veces, con cuatro boletos cuando salía en calidad de emergente. En cambio, cuando Davalillo lo ha colocado como titular, se ha ido de 6-0 sin fletes y un solo pasaporte.
"Eso puede ocurrir por las mismas ganas que se sienten de dar más de lo que se puede para jugar más seguido. Eso te puede afectar, pero tampoco se le puede restar méritos a los pitchers de los otros equipos", subraya quien ya acumula 18 temporadas en la pelota local, siete de ellas con el uniforme de los Tiburones. También ha jugado para Águilas, Tigres, Leones, Navegantes, Pastora y Bravos, por lo que no siente apego ni rencores por un club en especial.
"No me importa contra cual conjunto salen los batazos", afirmó tras pegar un imparable hace dos noches, que por segunda vez en la campaña afectó una posible victoria de Magallanes ante La Guaira.
Los dos cotejos resultaron a favor de los Tiburones. La primera vez lo empató y en la segunda ocasión Álvarez sonó el hit ante Clevelan Santeliz para irse arriba en el octavo capítulo. "En el turno en que nos enfrentamos hace dos semanas me abrió con split y luego me lanzó una recta. Esta vez supuse que no me lanzaría recta en el primer pitcheo, así que me senté a esperar la split, hice el swing y salió el batazo".
Ese es el trabajo que ha venido haciendo Álvarez en los últimos dos años con los Tiburones. "Estoy consciente de que debo buscar hits, no batazos largos, esos llegan solos. Lo que procuro es pegar una línea para traer las carreras necesarias y aprovechar el chance para ayudar al equipo. Lo bueno es que en este rol siempre llega uno de los turnos más importante de cada juego. El que lo define o lo termina".
Victor David Melo Zurita.
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