Fuente: El Universal
No soy fanático de los Tiburones de La Guaira, pero admiro a quienes sí lo son. Los que siguen a La Guaira son personas que no pierden las esperanzas. El equipo está allí, atravesando una de las peores temporadas de su historia, y los fanáticos siguen visitando el estadio, la samba sigue sonando y todos continúan ligando que la situación se revierta. Al final soñar no cuesta nada.
Nunca he visto a La Guaira ganar un campeonato, nunca los he visto siquiera llegar a una final. En las últimas temporadas los vi llegar al Round Robin y eso me alegró, porque esa gente se lo merece, vale, después de tanto sufrir y de tanto pasar trabajo.
Los Tiburones han sido cuna de grandes jugadores como Oswaldo Guillén, Carlos "Café" Martínez, Gustavo Polidor, Luis Salazar, Felipe Lira, Raúl Pérez Tovar, Alfredo Pedrique y Francisco "el Kid" Rodríguez, pero parece que los tiempos de gloria para el equipo salado han quedado atrás, muy atrás. El beisbol es como la vida, a veces se gana y a veces se pierde, claro que los Tiburones pierden demasiado y no ganan casi nunca.
Sin embargo, ahí están sus fanáticos, colocándose bolsas de papel sobre sus cabezas en una ingeniosa protesta por los resultados que obtiene el equipo. Ellos buscan que despierten, comiencen a ganar, que lleguen a la ronda de todos contra todos, a la final y que le ganen a los Leones del Caracas. El fanático guairista no pierde las esperanzas, nunca deja de rezar en busca de un milagro.
Todos deberíamos tomar el ejemplo que el guairista dio. No nos rindamos ante la adversidad, saquemos fuerzas de flaqueza para seguir luchando así todo esté perdido. Gracias, mamá, por inculcarme tus valores de fanática de La Guaira y ganarán nuevamente, en un futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario