Fuente: Lider en Deportes - El Camarero Miguel Lira
La salida de Phil Regan de los Tiburones de La Guaira indica que la medida tomada el pasado primero de noviembre por la directiva de los Tiburones de La Guaira no fue acertada.
El alto mando de los salados se concentró en buscar mejores resultados basándose en la experiencia del “Buitre”, pero descuidaron la parte anímica de los jugadores.
Un equipo de beisbol no depende solo de tener las herramientas necesarias para triunfar, sino que también hace falta mantener la motivación dentro del club.
Regan no dirigió mal, pero se aisló de los peloteros. No fue el padre, o ese líder que los jugadores necesitaban, y eso se evidenció en el terreno de juego.
En el beisbol dicen que los equipos campeones se forman en el clubhouse y La Guaira estaba perdiendo esa familia que se formó bajo el mando de Carlos Subero.
Marco Davalillo es la persona indicada para recuperar esa hermandad, y lo asume con mucha personalidad y seguridad en que los Tiburones saldrán del slump colectivo que atraviesan.
“Estamos agarrando un equipo que ha pasado por dos mánagers en menos de un mes, y eso siempre afecta a los peloteros. Principalmente, lo que debo atacar es la parte mental de ellos con la ayuda motivacional, hablando con sinceridad y con el corazón en la mano”, expresó el nuevo piloto de los salados, que goza del respeto y tiene ascendencia en toda la estructura del equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario