Fuente: El Universal
Tras la meneada de mata y expulsión de Carlos Subero del dugout de los Tiburones de La Guaira, los directivos comentaron que querían darle un nuevo aire a la cueva. Ese "nuevo aire", paradójicamente, llegaría de la mano de Phil Regan, un caballero de 73 años de edad que posee en su curriculum 18 campañas como manager en la pelota local en las que ha obtenido un par de campeonatos y que venía de ser botado de Cardenales y Bravos en sus experiencias previas como estratega.
Regan asumió el mando contento, feliz. Hasta le mandó saludos a Carlos Subero, a quien relevó en el cargo. "Subero es tremenda persona y lo considero como un gran amigo por todo lo que compartimos durante estos tres años, pero el beisbol es un deporte de cambios que suceden así uno se resista. Yo estuve en la posición que él esta hoy cuando fui despedido por Lara y Margarita", recordó.
Y hablando de cambios Regan prometió agresividad y dijo que a partir de ese momento realizaría varios ajustes al lineup. "Me gustaría colocar a Oscar Salazar en el jardín izquierdo, a Corey Smith en la inicial y José Gualdrón en la tercera", asomó. "En este equipo contamos con buenos relevistas, el bullpen es fuerte, lo que hay es que saber manejarlo mejor", expresó asomando cierto desagrado por la estrategia de Subero.
Pues bien, a los tres días el Cachi volvió a la inicial, Smith a la tercera y Gualdrón a la Liga Paralela, pero la atención se desvió al afán que puso Regan para "manejar mejor el cuerpo de relevistas".
Regan se estrenó al mando de Tiburones utilizando 9 lanzadores aquella noche ante los Caribes de Anzoátegui, que vencieron en extrainning para endosarle la primera de sus siete derrotas que hoy suma al hilo.
Martes, miércoles, jueves y viernes Regan se divirtió haciendo numerosos llamados al bullpen, hasta el punto que en el juego vs Magallanes en la UCV igualó el tope de más pitchers utilizados por un equipo en un juego de la LVBP, con 10. Antes lo hicieron Bravos (8/01/08), Tigres (14/10/99 en un juego de 15 innings), Leones (12/11/04 en un juego de 10 innings) y La Guaira (23/11/2006 en un juego de 12 innings).
El pitcheo colectivo mejoró su efectividad, y el alto mando aplaudió la "estabilización del pitcheo guairista".
¿Qué pasó después?. Los lanzadores fueron bombardeados sábado y domingo, con el agregado de que el mexicano Fernando Rodríguez cargó con una derrota en lo que significó su cuarta presentación en cinco cotejos.
Recuérdese que a partir de este año el sistema de roster de 32 limita los nombres disponibles que tiene en la nómina cada equipo para toda la semana, algo que Subero llevó con mucho cuidado intentando administrar sus brazos.
Interrogado tras la derrota del sábado, Regan descartó agotamiento en su bullpen. "Joseph Ortiz tan sólo realizó 9 pitcheos el viernes", dijo el estratega acerca de que también era la cuarta aparición en la semana del zurdo en la loma. Antes de que Raúl Padrón le sacudiera aquél fatídico cuadrangular, que convirtió el mal momento de La Guaira en tragedia, el escopetero había dominado a los 6 toleteros zurdos a los que enfrentó en la campaña.
Los Tiburones bajo el mando de Regan acumularon una efectividad colectiva de 4.42 durante los seis desafíos disputados en la cuarta semana de campeonato. En 57 innings regalaron bases por bolas y propinaron 45 ponches, algo que dispara las alarmas de todos los colores cuando se compara, por ejemplo, con los lanzadores de Bravos de Margarita, que concedieron apenas nueve boletos y recetaron 18 abanicados.
Pero lo que se vino abajo en esa cuarta semana fatal en las aspiraciones de Tiburones fue la ofensiva. Esos mismos bates que ligaron colectivamente para .303 durante la tercera semana (todavía al mando de Subero), tan sólo produjeron esta vez para .224, anotando apenas 18 carreras en seis partidos.
Ni hablar de la defensa. En la cadena de nueve derrotas La Guaira ha cometido 13 pifias defensivas, que aunadas a los constantes boletos y a los 96 hits que han tolerado los pitchers, han permitido que los rivales hayan pisado la goma en 55 ocasiones, 33 más, que los toleteros de Tiburones en el mismo período.
Esta realidad ha dejado en jaque la opción de Tiburones de clasificar, pues este equipo para estar metido en la pelea debe ganar al menos 26 de los 40 juegos que le restan. Un objetivo que hoy, luce improbable.
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