martes, 4 de octubre de 2011

Tiburones tendrán un muro de contención en los innings finales


Beisbolvenezolano.net
Marco Davalillo constituyó su cuerpo de relevistas para las entradas decisivas de cada encuentro con Enrique González, Grégory Infante y Jon Link como pilares de esa estructura que ha carecido de solidez en los últimos años.
No es un secreto para nadie que a los Tiburones de La Guaira les ha costado conseguir los triunfos en los últimos años por carecer de un sólido cuerpo de monticulistas.


Esa es una idea que reposa en la mente de un gran número de los aficionados que en el invierno asisten a apoyar a los escualos pero es comprobable a nivel numérico.
Los salados han ocupado los últimos lugares en desempeño colectivo en las principales cifras que evalúan el trabajo de sus lanzadores.
En el pasado torneo del béisbol venezolano solo los Navegantes del Magallanes (4.50) tuvieron una peor efectividad en conjunto que la de los litoralenses (4.44). Ese mismo año los pitchers de los acuáticos fueron el club que más permitió gente en base, en promedio, y los que tuvieron menor rango de ponches por cada nueve entradas.
Los dígitos en esos mismos departamentos pero en los dos años anteriores al campeonato pasado son similares.
Los Tiburones tuvieron la peor efectividad colectiva en la 2009-10 (5.42) y la segunda peor en la 2008-09 (5.40). En el certamen de hace dos años tuvieron el peor porcentaje de rivales embasados por episodio (WHIP) con un average de 1.64. Un año antes ocuparon el penúltimo puesto en ese renglón con 1.57.
Para la campaña que se avecina los varguenses han construido un staff de abridores que tendrá a Alberto Bastardo a la cabeza y a cuatro foráneos como sus escoltas en la rotación.
El zurdo llegó a la capital desde la Isla de Margarita en la transacción en la que los salados entregaron al poderoso bateador designado, Max Ramírez, para completar el negocio y además agilizaron el inicio de sus campos de entrenamiento para tener mayor rango de tiempo para prepararse para el campeonato que arranca la próxima semana.
“El año pasado tuvimos muchos inconvenientes con nuestro cuerpo de lanzadores porque no estaban preparados para el día inaugural y los resultados del primer mes son importantes. Para pensar en enero hay que ganar en octubre”, razonó el piloto de la escuadra en su primer día de prácticas, el pasado 19 de septiembre.
Uno de los anuncios que hizo Marco Davalillo ese día fue la inclusión de Enrique González dentro del cuerpo de relevistas, rol que cumplió en la etapa cumbre del certamen pasado cuando fracasó como miembro de la rotación. “Fresita” visitó ese día el parque para dejar sus pertenencias pero empezó a entrenar pocos días después.
“Nosotros hablamos sobre este respecto y él está de acuerdo con la tarea que le hemos asignado”, contó el estratega caraqueño. “Ese es el rol que él ha cumplido en los Estados Unidos en sus últimas pasantías y ha hecho una excelente labor en ese puesto. Salvó unos cuantos encuentros en las menores con Detroit”.
El bolivarense tuvo una ligera participación en ocho careos con los bengalíes pero pasó la mayoría del verano en la antesala a las mayores. En esa categoría dejó marca de cuatro victorias, seis derrotas, rescató trece partidos, guillotinó a sesenta oponentes en 47.2 entradas de labor y dejó efectividad de 5.48 en treinta y cinco juegos, la gran mayoría como bombero.
González tendrá que estar preparado a partir del sexto episodio ante cualquier requerimiento de Davalillo; esa será la misma tarea que tendrá el grandeliga Grégory Infante, quien gozó una destacada actuación con Charlotte, afiliación de los Medias Blancas de Chicago en Triple-A.
Ambos escopeteros tendrán que prepararle el camino a Jon Paul Link, quien será el cerrador del conjunto, todos ellos desde el primer día del torneo.
Esta estructura le otorga un muro de contención y un poco de tranquilidad a los guairistas, quienes también han pasado trabajo con su relevo en los últimos años. Hasta donde hemos podido investigar, los Tiburones tuvieron el segundo peor bullpen en la pasada temporada del béisbol venezolano con una efectividad colectiva de 4.32, solo superada por Magallanes (4.39).
Un año antes ocuparon el antepenúltimo lugar en ese renglón con 5.01 de efectividad.

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