domingo, 12 de diciembre de 2010

Tiburones cree en la remontada histórica

Fuente: Lider en Deportes


Cuando Marco Davalillo tomó la silla de mánager, Tiburones de La Guaira era un equipo eliminado, con récord de 6-21. La afición había perdido la fe y las caras largas eran comunes en el clubhouse salado.

Pero con Davalillo se vio el cambio desde el principio, desde el primer partido que dirigió, ante las Águilas del Zulia en Maracaibo. Ese día ganaron para cortar una racha adversa. Fue evidente que la alegría había vuelto a la escuadra del litoral y bajo esa nueva atmósfera las victorias comenzaron a aparecer. Ya son 17 encuentros con el nuevo estratega y en 13 de ellos han salido con los brazos en alto. 
Ahora, la situación del club es otra. Sin contar el juego de ayer ante los Leones del Caracas, La Guaira sumaba 19 triunfos y 19 eran los partidos que le restaban en el calendario para coleccionar los 63. Desde que se eliminaron las divisiones y las ocho franquicias conviven en un mismo grupo, nadie ha avanzado hasta la postemporada con menos de 30 triunfos en la ronda regular. 

Es decir, que las esperanzas escualas pasan por ganar 11 de 19. Si bien deben mantener un ritmo muy exitoso, ya no hay tantas nubes en el panorama. Con tres semanas en récord positivo los Tiburones han esperanzado a su afición con la que podría ser la remontada más increíble de equipo alguno en la historia del beisbol venezolano. Ya no están a cinco juegos del quinto puesto, sino a dos y medio.

Los parciales salados cantan con más fuerza uno de sus gritos favoritos: “¡sí se puede!”. Ese canto retumba en la tribuna de primera base del Universitario con estruendo en la “nueva era” de La Guaira, como la bautizó el propio Davalillo, quien con su ascensión al trono marcó un antes y un después en el rendimiento de su club. Mejor dicho, fue un punto de inflexión para el pitcheo del litoral, porque ahora hacen menos carreras que cuando estuvieron Carlos Subero y Phil Regan. 

Con los ex managers, La Guaira fabricó un promedio de 3.6 rayitas por cotejo, ahora pisan el plato 3.1 veces por duelo. En el pitcheo ha estado la clave. La efectividad global de los pitchers era de 5.29, muy superior al 2.08 que muestran desde que el hijo de Pompeyo tomó las riendas. Antes, en 238.1 innings laborados, los serpentineros habían abanicado a 190 rivales y otorgado 139 boletos. Con Davalillo en solamente 147.0 episodios, han pasado por las armas también a un centenar de maderos (107) y con una cuota de pasaportes de apenas 62.

El pitcheo gana juegos y los escualos lo han demostrado, aunque el bateo oportuno también ha sido clave en el resurgir de una novena que este año cumplió 25 temporadas que no celebra un título. Bateo oportuno fue el mostrado por Edwin Bellorín el jueves en Puerto La Cruz, quien definió el triunfo de su novena con un estacazo o el cable soltado por Rainer Olmedo el viernes, para remolcar dos y dejar en el terreno a las Águilas del Zulia.

Ante la favorable situación Davalillo no ha modificado su discurso. “Vamos pitcheo a pitcheo, inning a inning y juego a juego”, repite en más de una ocasión el timonel. “Estamos haciendo la cosas pequeñas, aunque claro que el pitcheo ha sido nuestro fuerte. Pero los bateadores también están cumpliendo con su función, dando los batazos oportunos”.

El “Cachi” vuelve hoy

Oscar Salazar recibió 48 horas de reposo debido a que padece de amigdalitis y por eso no estuvo ayer presente en la UCV. El mánager Marco Davalillo aseguró que no se trata de una afección seria, pero sí algo para tratarse con cautela. “No vamos a presionar el regreso del Cachi. Él no está disponible hoy, aunque para mañana debe estar listo. Lo más importante es que se recupere”, dijo el estratega. Mientras que el gerente deportivo de los salados, Jorge Velandia, fue más precavido: “Oscar va a regresar cuando deba hacerlo. De nada nos sirve que retorne sin estar listo y después deba ausentarse nuevamente”.

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