Balbino Fuenmayor rompió la joya de pitcheo combinada en el quinto tramo, que iniciaron el debutante Vianney Mayo y la siguió Javier Nieves hasta que Fuenmayor le ligó el globito al jardín central.
“Estoy contento por el trabajo pero no por la actuación. Esperaba lanzar más porque sé que puedo hacerlo”, dijo Mayo quien regresó de la Liga instruccional de Estados Unidos para hacer su debut en la pelota venezolana con los salados.
La Guaira lo hizo todo. El pitcheo apenas toleró un hit y otorgó dos pasaportes. Ningún corredor de Caribes pisó la intermedia. La defensa también puso su granito de arena con dos dopleplays, uno de feria por parte de Maicer Izturis, cuando la tribu oriental iniciaba sus dos únicas amenazas del partido y finalmente la ofensiva explotó con 12 indiscutibles y seis anotaciones.
“El equipo está respondiendo. Estamos jugando el beisbol que debemos jugar. Hemos hecho el ajuste y lo hemos demostrado las últimas dos semanas”, expresó Oscar Salazar, quien llevó la batuta en la ofensiva con tres hits, incluído el número 600 en la LVBP y el 601 fue un jonrón de dos anotaciones que pusó el juego 5-0.
“Llevaba la cuenta, pero la tenía mal. Creía que faltaban como cinco, menos mal que no estaba pendiente de eso sino de ayudar al equipo”, agregó el capitán de los escualos
“Uno nunca sabe lo que pueda pasar por eso debemos ganar la mayor cantidad de los juegos que nos quedan”, puntualizó el “Cachi” respondiendo a la fanáticada salada que coreaba el “¡si podemos, si podemos!” al caer el out 27 con la esperanza de ver al equipo dentro de la clasificación.
En el dugout salado algunos pensaron y anhelaban la joya de pitcheo, otros como el estratega Marco Davalillo sólo visualizaba la victoria.
“Un juego perfecto era muy difícil. El enfoque es ganar los juegos, si hubiese llegado el no hit no run también hubiese sido fenomenal”, expresó el estratega salado que suma tres semanas positivas desde que asumió el mando.
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