Fuente: El Universal
Durante las primeras cinco semanas de temporada, Gregor Blanco aguantó las críticas que se le hacían y en las que se le señalaban como un jugador con poco interés por ayudar al equipo a salir de la mala situación en la que estaba.
El jardinero de los Tiburones de La Guaira aguardó el momento en que su ofensiva comenzó a producir para señalarle a sus detractores que estaban equivocados.
"Sé que mucha gente dijo que estaba jugando sin pasión, que no me importaba el equipo. Traté de no prestarle atención a todas esas críticas, pero ya es el momento de responder. Quiero a los Tiburones como a mi familia y si no me sintiera motivado por jugar aquí no lo haría. No vengo por dinero, vengo porque me gusta vestir esta camiseta y llevar el nombre de los Tiburones en mi pecho", dijo Blanco.
El jardinero y primer bate de la novena de La Guaira contribuyó a que el equipo cerrara la séptima semana de la temporada con récord positivo (3-2), al activar su ofensiva.
En los últimos cuatro juegos conectó de hit, dio un jonrón y remolcó tres carreras.
"Tarde o temprano iba a comenzar a batear, porque había estado trabajando mucho", dijo Blanco, quien hasta llegó a tomar prácticas extra de bateo después de los juegos. BR
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